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[Por Ellis Pérez]
Corría el año 1966, ya había terminado la temporada de Grandes Ligas y estaba en pleno desarrollo nuestro beibol invernal cuando un día recibí una llamada de Santiago de los Caballeros era fulana de tal, la reconocida secretaria ejecutiva del Sr. Caonabo Almonte, presidente la Compañía Anónima Tabacalera llamado simplemente el chino Almonte por todos sus amigos y relacionados, y hasta por aquellos que no lo conocían personalmente. Me dijo: “El señor Almonte quisiera invitarlo la próxima semana a una cena en el Embassy Club del Hotel El Embajador a a que asistiría exclusivamente ustedes dos. El señor Almonte me dijo que esto era muy importante y quiere tener la seguridad de que usted acepta la invitación. Sería el próximo miércoles a las 8:00 de la noche. Estaría usted en disposición de aceptar la invitación”. Le dije, dígale al Sr. Almonte que para mi será un placer y un honor. Así quedó sellado ese compromiso.
Llegado el miércoles de la semana siguiente, en el curso de esa mañana, volvió a llamarme por teléfono la señora fulana , me dijo: “Sr. Pérez, lo llamo para recordarle el compromiso de esta noche para cenar con el Sr. Caonabo Almonte en el Embassy Club”. Si señora le dijo, lo tengo muy pendiente y esta noche a las 8 estaré ahí , si Dios quiere. Yo llegué al Embassy unos minutos antes de las 8 y el Sr. Almonte también. Después de los saludos iniciales , él entró rápidamente en materia , me dijo: “mira Ellis, lo primero que quiero es felicitarte por le gran acierto que has tenido con tu nueva emisora Radio Universal, transmitiendo los juegos de beibol de Grandes Ligas siguiendo las carreras delos peloteros dominicanos que se destacan allí, eso ha sido un palo . Ahora, Ellis Pérez, la Tabacalera no puede estar fuera de una actividad como esa y necesitamos colocar ahí al cigarrillo Montecarlo. Yo estoy dispuesto a negociar contigo lo que sea necesario para lograr esto, porque yo sé que tu eres el que firma los contratos con los equipos de Grandes Ligas, Ellis, que podemos hacer”. Le dije, Sr. Almonte el problema es que para la próxima temporada yo ya tengo firmado el compromiso con L. León Jiménez y el cigarrillo Premier por lo que no veo ninguna posibilidad de cambiar ese estado de cosas ya que de hacerlo, me podría exponer a una demanda judicial , algo que no contemplo. “mira Ellis, todo en la vida tiene una solución solo hay que buscarla y en este caso, esa es tu misión.
La realidad era que en ese momento yo no tenia todavía el contrato firmado por L. León Jiménez para la próxima temporada, pero era algo que para mi no estaba en dudas ni en juego. Además, el grado de relación y amistad personal que ya el grupo nuestro había desarrollado, especialmente con José León, que era quien manejaba estas cosas me impedían siquiera pensar en llevar a cabo una jugada buscando beneficios personales, que dañara esa situación. De manera que con toda la cordialidad que el personaje y el ambiente demandaban fui firme en resaltar que por el momento no había nada que hacer al respecto porque ya el contrato estaba firmado. Mientras continuaba la cena y viendo mi actitud resoluta el Sr. Almonte me dijo: “Ellis a esto hay que buscarle la vuelta, yo soy tremendo, tremendo, Ellis Pérez, recalcó.
Yo sabia, por referencias que Sr. Almonte como presidente de la Tabacalera y por el poder económico que esa posición conllevaba estaba acostumbrado a llevar a cabo todos sus deseos y objetivos por lo que le resultaba muy difícil aceptar una negativa como algo final, aunque la cena terminó dentro de un ambiente cordial no era difícil notar que él regresaría a Santiago muy defraudado con los resultados de esa noche. Nunca olvido esta ocasión por haber tenido la oportunidad de interactuar con una persona de su importancia y reciedumbre , así como sus condiciones ejecutivas y diligénciales . Pero resultó una gran experiencia.