Ellis Pérez, el hombre tranquilo

[Revista-Diario Libre]

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Lo que ves es lo que hay… Ése es Ellis Pérez. Transparente. Un caballero de los que ya no quedan. Un comunicador en el más amplio sentido de la palabra; un fabricante de historias, al que uno pudiera escuchar por siempre; un lector empedernido que ha sacado de los libros de superación personal el mejor partido; y un hombre que sabe ser feliz.

Claro, honesto, divertido, respetuoso, trabajador y profesional, Ellis acaba de recibir la Orden al Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, junto a 19 compañeros más, por su labor como pionero de la radiodifusión en el país. Junto a él se encontraba Frank Hatton, propietario de la emisora –HIZ– que le dio la oportunidad de entrar en el mundo de las ondas. Aunque fuese como conductor del primer programa de música americana y en inglés –el idioma que le ha dado todas las oportunidades al comunicador–. Pero Ellis ha sido siempre un atrevido, como él mismo confiesa, y los retos forman parte de su historia profesional. Desde trabajar como asistente en una agencia de viajes, dar clases de inglés, ejercer como director de cruceros por el Caribe, fundar su propia emisora –Radio Universal–, hasta participar en la producción de innovadores programas de televisión, como «Los recién casados» y «Hoy mismo».

Animador, presentador, maestro de ceremonias y hasta profesor de clases de baile. Pero también director de turismo, Presidente del Consejo de Promoción Turística, fundador de la Asociación Dominicana de Prensa Turística, creador del Embassy Club del Hotel El Embajador y asesor y miembro de diversos consejos de administración de empresas del sector bancario, turístico y de comunicación del país. Su currículum es demasiado extenso, pero algunos datos no deben ser omitidos: ha sido testigo de los momentos de la comunicación más importantes del país: como representante, corresponsal o productor de grandes canales como ABC News, NBC o Newsweek en español, y productor de cobertura de la visita del Papa Juan Pablo II en 1979.

La historia de Ellis es la de un hombre auto-suficiente, atrevido y con suerte. La vida le ofreció las oportunidades necesarias, pero él supo esforzarse para sacar provecho a cada una de ellas con una «madurez» que le permitió dar siempre los pasos adecuados. Desde el momento en que decidió ponerse ante un micrófono, sabiendo que su voz no cumplía con los estándares de la época hasta el día de hoy, en que su experiencia en el sector turismo lo lleva a desempeñarse como vicepresidente de relaciones comerciales e internacionales de Cap Cana.

Ellis se ha ganado el respeto. «Soy legítimo», responde cuando queremos saber cómo. Y sonríe con esa típica expresión, pícara y franca, que todos conocemos.