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La Historia De Las Transmisiones Grandes Ligas – República Dominicana

[Por Ellis Pérez]

Pionero de las transmisiones de los juegos de Grandes Ligas para la República Dominicana

Todo comenzó una noche en Nassau, Las Bahamas, a principios del año 1962.  Como Director de Cruceros, de la Compañía Eastern Steamship Corporation, yo estaba viajando en cruceros de siete, diez, y catorce días que salían desde Miami, a la mayoría de las islas del Caribe y parte de Centro y Suramérica.  En esta ocasión particular el Director de Cruceros de otro barco de la Compañía, el Bahamas Star, el cubano José Martínez, tuvo una indisposición de salud y yo fui llamado con urgencia para sustituirlo en esa salida.  El SS Bahamas Star solo hacía cruceros de tres y cuatro días a Nassau, por lo que había pernoctación de dos y tres noches cada semana.

En mis viajes regulares en el SS Yarmouth cuando tocábamos a Nassau, generalmente llegábamos en la mañana temprano y salíamos de vuelta a Miami en la tardecita de ese mismo día.  Ya para esa época yo había establecido una buena amistad con Modesto Díaz hijo, quien se desempeñaba como Consúl General dominicano para las Bahamas con sede en Nassau. Modesto era hijo del héroe nacional Modesto Díaz, partícipe del complot para el ajusticiamiento del Dictador Trujillo. Como sabía que iba a pernoctar , a mi llegada a puerto esa mañana temprano lo invité a cenar para luego ir al show típico bahameño que se presentaba en el Peanut Taylor’s Goombay Club.  Peanut Taylor, en la época,  era uno de los más famosos cantante y bongosero de las Bahamas y su night club era el más exitoso.  Normalmente en el barco se organizaba un night club tour que llevaba un grupo de turistas a ver ese show y disfrutar la noche.

Compartiendo con Modesto, recuerdo que él me preguntó, “Ellis, tu tienes algo en mente para hacer en el futuro cuando dejes esta actividad”.  Yo le contesté, bueno, como locutor mi sueño seria volver a la República Dominicana  y tener mi propia estación de radio, pero, para mi, eso es casi un sueño imposible  porque yo no tengo ningún familiar que sea funcionario de gobierno ni político, militar  o empresario importante que pueda ayudarme a gestionar la licencia para conseguir una nueva frecuencia para una estación de radio.  Modesto me contestó, “Pero yo te puedo hacer esa gestión y conseguirte esa frecuencia; en uno de mis viajes a Santo Domingo yo puedo hablar con Donald (Donald Reid) o con Don Antonio (el General Antonio Imbert Barreras), y yo estoy seguro de que te la consigo”. Lleno de entusiasmo yo le dije: Modesto, si me la consigues, naturalmente, yo tengo que darte una compensación, a lo que él me contestó: “Mira, carajo, no te doy un pescozón por el aprecio que te tengo, es una gestión que haré por pura amistad”.  Modesto cumplió su gestión de manera efectiva y a principios de noviembre de ese año 1962 yo recibí la copia del telegrama que me enviaba la Dirección General de Telecomunicaciones informándome que me había sido adjudicada la frecuencia de 650 KC,  AM y la de 98  para el enlace en frecuencia modulada.   La potencia autorizada era de 5,000 vatios.  Luis de los Santos, que había sido administrador de la HIZ cuando yo transmitía “Your Hit Parade”, me le dio seguimiento al expediente y fue quien me hizo llegar la copia del telegrama.  Luego yo lo nombraría administrador de la emisora, a la cual le puse el nombre Radio Universal.

El otorgamiento de la frecuencia también señalaba en su texto que yo disponía de 6 meses para instalar la emisora y ponerla en funcionamiento, so pena de perder el derecho otorgado.  Ante esa circunstancia me di cuenta que estaba obligado a presentar mi renuncia a la Compañía Naviera para que comenzaran a buscar mi sustituto. Les tomó dos meses y medio. Tuve que convencerlos de que yo tenía que regresar, ya que su primera reacción fue de convencerme de que no renunciara y me quedara, que estaban dispuestos a mejorar mis condiciones.  Al mostrarles la copia del telegrama se dieron cuenta de que yo tenía que regresar, lo que sucedió en enero del 1963.

Ya ante la realidad de abocarme a diseñar un proyecto para una nueva estación de radio, comencé a pensar en qué cosa yo podría hacer para que ésta fuera no solo una copia de las ya existentes, sino, algo diferente y atractiva.  Dentro de las ideas que me surgieron estaba la de hacer identificaciones musicalizadas para lo cual recurrí a mi amigo Rafael Solano, quien con su talento extraordinario me ayudó a conformar diferentes ritmos y tonalidades a los cuales yo aporté las textos  pertinentes.  Pensé que era importante tener un buen noticiero que compitiera con los más notables de la época, que eran : “Radio Mil Informando y Noti-Tiempo,  de Radio Comercial”.  Para eso tuve la suerte de conseguir los servicios de un locutor dominicano especializado en las noticias que ya se había destacado en  Radio Uno en Puerto Rico, Frank Arredondo.  Por mi condición de hablar inglés y haber hecho los programas de música norteamericana de la HIZ, desde 1953, en el 54  yo fui incorporado a las transmisiones del béisbol profesional para hacer las traducciones a los refuerzos norteamericanos en las entrevistas que les realizaba el comentarista-narrador Billy Berroa. Ese fue el inicio de una gran amistad personal , por lo que en los afanes de diseñar lo que sería la programación de mi emisora de radio , en una ocasión le dije; Billy, que te parece si mi emisora pudiera transmitir, cuando salgamos al aire, un juego de beisbol cada día con la garantía de que estos juegos tendrían la participación de por lo menos un pelotero dominicano de ese grupo inicial de Marichal, los hermanos Alou, Manny Mota, Osvaldo Vírgil, Julián Javier, varios de  los cuales ya daban notación de estrellato en las Grandes Ligas. Billy me respondió: ¿Tu te imaginas a Marichal cada cuarto día?  Yo, dándome cuenta de la implicación de su respuesta, le dije;  Vamos a hacerlo. Vamos hacerlo?, dijo él, “y cómo”, le respondí yo no sé cómo en estos momentos, pero voy a averiguarlo y lo vamos a hacer.

Como hacerlo

En ese momento yo no tenia la menor idea de los detalles que había que manejar para llevar a cabo la recreación de un juego de   béisbol de Grandes Ligas  con todas las situaciones que componen el juego.  Como la información de   base se originaria en Los Estados Unidos de América me fui al departamento de información de la Embajada Norteamericana, que en ese momento estaba situado en la calle El Conde, frente al parque Colon.  Allí, no tenían la menor idea de lo que les estaba planteando.  Como la información  había que traerla al país a través de una compañía de telecomunicaciones, primero visité a Codetel en su  sede de entonces en la calle 16 de Agosto, luego a la All America , en la Arzobispo Meriño , y finalmente a la RCA en la calle El Conde.  En la RCA, el Sr. McGrath, gerente de la empresa, se interesó por el tema y me dijo que iba a consultar con su oficina principal de Nueva York .  Pasados varios días el Sr. McGrath me llamó para decirme que desde NY  no pudieron orientarlo sobre el tema. En ese momento, me di cuenta de que la respuesta a mis inquietudes no la iba a conseguir aquí en Santo Domingo, pensé que debía viajar a NY donde sin dudas, en algún lugar yo conseguiría las respuestas adecuadas.

La primera visita que hice fue a las oficinas de la suplidora de noticias, Associated Press , que si mal no recuerdo estaba situada en la calle 42 con tercera avenida a pocas cuadras del famoso Times Square.  En Prensa Asociada me dijeron que ciertamente ellos vendían un servicio de información sobre los juegos de Grandes Ligas que implicaba dar los detalles principales de cada juego cada tres innings.  Les pregunté, incluyen ¿bolas y strikes? me respondieron que no, que no podían salirse de ese formato.  Para mí eso no era suficiente. Decidí visitar las oficinas principales de la RCA que estaba relativamente cercana, en la misma zona, y caminé hacia allá.  Si mal no recuerdo, la dirección era calle 40 o 41 a nivel de la Octava Avenida.

En la recepción, cuando expliqué el tema en cuestión la Sra. Hizo una llamada, y al momento yo estaba sentado al frente del Ingeniero, Lou Donato, que me escuchó con atención y me dijo: “Mire Sr. Pérez , yo recuerdo que la Western Union daba ese servicio de proveer las informaciones de los juegos de Grandes Ligas con todos sus detalles, pero no sé si aún ellos mantienen ese servicio “.  Le pregunté al Ingeniero Donato, si él me podía conseguir la dirección de Western Union para yo ir a visitarlos.  El no tuvo que buscarla, se la sabía de memoria y me la recitó: 66 Broad Street. Le pregunté cuál era la mejor manera de llegar allá: Tomar el Subway o tomar un taxi,  me dijo. Le contesté,  no sé cómo utilizar el subway por lo que me iré en un taxi. ¡Buena suerte! Fueron sus palabras.

Al llegar a Western Unión me pusieron al habla con un ejecutivo que conocía el tema y quien me confirmó que ciertamente ellos todavía daban ese tipo de servicio. Le pregunté cómo  entregaban ellos ese servicio en sus  detalles.  Me dijo que ellos enviaban un narrador al estadio del juego seleccionado, y que  éste, en vez de narrar el partido oralmente como se acostumbra para las transmisiones de radio y televisión, hacía el mismo tipo de narración, pero solo escribiendo todos los detalles sobre un teclado de teletipo. Que por ejemplo, si el juego era en San Francisco la señal salía del estadio a través de una línea telefónica y de ahí pasaba hasta las oficinas y talleres técnicos de Western Union en la ciudad, de ahí sería distribuida hasta el punto donde la quisiera el cliente.  En pleno estado de alborozo le dije: ¡eso es exactamente lo que yo necesito! Vamos a entrar ahora en detalles de costos y funcionalidad. me dijo: “usted necesita proveerse de un contrato con cada uno de los equipos desde donde se va a originar la transmisión de ese juego , yo le sugiero ir a las oficinas de Major League Baseball, que están aquí en NY para que le den la referencia de todos los equipos y usted pueda establecer contacto con ellos.  Nosotros no podemos servirle los detalles de ningún juego a menos que usted esté previamente autorizado por contrato con el equipo. Le dije que así lo haría, y ya para despedirme, le dije el destino final del juego será en Santo Domingo, República Dominicana.  “Ah, no, yo no puedo darle  servicio fuera del país porque la licencia de WU solo cubre el territorio nacional y no ofrecemos servicios internacionales “.  Me di cuenta que había surgido un gran problema, pero, inmediatamente se me prendió un bombillo y le dije; yo acabo de hablar con la RCA y ellos sí tienen licencia internacional porque tienen una oficina en Santo Domingo; usted no podría entregar esa señal a RCA aquí en NY  para que ellos hagan un puente, y la envíen a su oficina en Santo Domingo, desde donde yo la llevaría a mi emisora de radio?  El me contesto: “si, yo puedo hacer eso”, le dije: déjeme llamar al Sr. Lou Donato a RCA, para asegurarme de que ellos pueden realizar su parte.  Llamé al Sr. Donato quien me confirmó, que efectivamente, ellos podían recibir la señal en el centro de NY, enviarla  a un transmisor de onda corta que tienen en   la costa Este, desde donde se radiaría con antena dirigida hacia la zona del Caribe para que pudiera ser captada en la calle El Conde en Santo Domingo .

En mi segunda reunión con el Ingeniero Lou Donato en su oficina de RCA, éste me aconsejó que además de ir a la oficina de Major League Baseball, yo debía aprovechar mi visita a New York para comprar en disco, el tema musical “Take Me Out To the Ball Game”, para usarlo en la presentación y despedida de los juegos de beisbol a transmitir.  Él me explicó que este tema era una especie de himno del beisbol en Los Estados Unidos.  Igualmente, que debía comprar un disco con sonido de multitud o público en un estadio de beisbol. Hice ambas cosas.  Me dirigí a la tienda de discos “The Record Hunter”,  donde conocí al gran tenor lírico dominicano Arístides Inchaustegui, quien me ayudó a ubicar ambas piezas. Regresé a Santo Domingo con ese sentido de confianza de que esos juegos, íbamos a transmitirlos, sin lugar a dudas.  Volví a visitar al Sr. McGrath , Gerente de RCA,  quien me dijo que ya había recibido mensaje desde Nueva York y que, ciertamente, estaba en condiciones técnicas de recibir la señal de teletipo a través de sus receptores de onda corta para pasármelo por línea fija de teléfono, que yo tendría que contratar para llevar la señal hasta el hotel Jaragua donde yo ya había alquilado el espacio para instalar los estudios de transmisión de lo que sería mi nueva estación de radio a la que le puse el nombre de Radio Universal.

Le dí seguimiento al proceso de contratación de los derechos de transmisión para la República Dominicana  con todo los equipos, tanto de la Liga Nacional como de la Liga Americana, especialmente los de la Liga Nacional, que era donde estaban ubicados casi todo los peloteros dominicanos de ese período inicial, a excepción de Osvaldo Virgíl que estaba bajo contrato con los Orioles de Baltimore, aunque en ese año 1963 no vió acción en el terreno,  y Pedro Gonzáles que había sido contratado y estaba activo con los Yankees de New York. Algunos de los equipos concedían esos derechos sin cobrar ninguna remuneración, la mayoría cobraba 25 dólares por juego. Los Gigantes de San Francisco y los Phillies de Filadelfia cobraban 50 dólares por juego, y los Yankees de Nueva York, que eran los más caros, cobraban 100 dólares por juego.  Quedaba claro que para realizar estas transmisiones había unos costos considerables y teníamos que buscar unos patrocinadores que aportaran los recursos necesarios para cubrirlos.  Era justo el momento en que la compañía E. León Jiménez, sacaba al mercado su cigarrillo Premier para competir con el cigarrillo Montecarlo que dominaba el mercado y era producido por la Tabacalera que era ya una de las empresas del Estado heredada de la Dictadura de Trujillo.  Recuerdo que junto a Billy Berroa fui a visitar a José León, a su modesta oficina en los terrenos de la Feria , quien acababa de graduarse en Estados Unidos y estaba al frente de esta  oficina y tenía que ver entre otras cosas con todo lo relacionado con promoción, publicidad y mercadeo. José se entusiasmó con el proyecto y nos dijo que hablaría con su agencia publicitaria para que trataran de insertarlo en su campaña. Poco tiempo después firmábamos el contrato con la publicitaria Badillo y Bergés a través de Clara Troncoso que era la ejecutiva de la cuenta.  Todo parecía andar sobre ruedas.

Tuvimos una dificultad con la llegada del transmisor que habíamos adquirido en Estados Unidos cuyo envío se había retrasado y comenzó a resultar obvio que no estaríamos listos  para estar en el aire para el inicio de la temporada de Grandes Ligas que estaba programada para el  9 de abril de 1963, y Juan Marichal ya había sido señalado para abrir el segundo partido  que sería el día 10.  Marichal no tuvo suerte ese primer día, lo sacaron al final del segundo inning al haber permitido 8 hits y 5 carreras, aunque el equipo terminó ganando y él no tuvo decisión.  Para el segundo partido que lanzaría Marichal, el domingo 14 de abril, todavía el transmisor no había llegado y sentíamos la presión del compromiso contraído de manera pública para comenzar a transmitir.

Ante esta incertidumbre, el ingeniero Héctor Cambero, quien me estaba haciendo las instalaciones técnicas de la emisora y siendo testigo de mis apuros me dijo que iba a hablar con su amigo y colega el ingeniero Ramón Pacheco, para ver si nos prestaba un pequeño transmisor de 250 vatios que el mismo Pacheco había armado recientemente y lo tenía disponible. Esto distaba mucho del transmisor Collins convertible de 5 a 10 kilovatios que habíamos adquirido y que era superior a todos los de un 1 kilo marca Gates que eran los mejores que estaban en funcionamiento entonces en la radiodifusión nacional, a excepción de los 5 kilos que tenía en el  aire el departamento de Radio de la Voz Dominicana.  El ingeniero Pacheco que era dueño de la Onda Musical, fue gentil y accedió al pedido de Cambero, entonces sucedió lo peor; recibí una llamada de Clara Troncoso que pedía apersonarme a la publicitaria a la mayor brevedad.  Cuando tuvimos frente a frente en su oficina me dijo : “Ellis, tengo malas noticias, el cliente para las transmisiones de Grandes Ligas ya no quiere participar y se va a salir”, le dije, pero no puede ser porque tenemos un contrato firmado, cuál es el problema ? ella me contesto: “El editor deportivo del Listín diario, Feliz Acosta Nuñez publicó hace dos días con titulares a 8 columnas que cómo era posible que trataran de hacer creer a la gente que un juego de beisbol de Grandes Ligas podía transmitirse por teletipo, a quien iban a engañar; que la gente no es tan tonta para creerse eso, le señalé: tú tienes copia de todos mis contratos con los equipos de Grandes Ligas , tienes evidencia de mi contratación con Western Union y RCA para el manejo y la  transmisión de todos los detalles y sabes que vamos a recrear cada juego con Billy Berroa como narrador , Max Alvares como comentarista , y Osvaldo Cepeda y Cepeda como locutor comercial, y que yo voy hacer el director de la transmisión .  Clara me dijo: “Ellis, yo se todo eso y se que tu eres una persona sería y que lo vas a llevar a cabo, pero el cliente piensa que este despliegue que lo pone todo en duda ya tiene una connotación negativa y él no quiere ser parte de un esquema que luzca negativo”.  Entonces, no hay nada que hacer, Clara? le dije, a lo que ella me repitió: “No Ellis, no hay nada que hacer”.  En ese momento me di cuenta que a pocos días de salir al aire e iniciar las transmisiones me quedaba sin la sustentación económica para apoyar esos gastos extraordinarios.  Me repuse, y le dije, Clara ya el público está a la espera de que comencemos a transmitir los juegos por la gran expectativa que hemos creado.  Yo no tengo ninguna duda del gran éxito que vamos a tener por lo que sé que pronto volveremos hablar sobre este tema y mientras tanto con mi bolsillo pequeñito yo voy  a financiar estos gastos iniciales.

Dentro de esas circunstancias, Marichal tiró su segundo juego el día 14 de abril, con la mala suerte de que perdió 3 a 1 frente a los Cachorros de Chicago, lanzando solo 5 innings.  Volvería a lanzar el día 19 de abril. Hicimos toda la publicidad y la  promoción de rigor y le enviamos el mensaje a Marichal de que estaríamos transmitiendo para los amantes del beisbol de la República Dominicana, su próximo partido, jugada por jugada.

Como por arte de magia, el Monstruo de la Laguna Verde se creció. Lanzó las nueve entradas, permitieron 6 hits una sola carrera, dio 3 bases por bolas y ponchó 8 contrincantes. También bateó de 3-2, incluyendo un doble y anotando una carrera. Ganó ese juego a los Cachorros de Chicago 5-1.

Acabábamos de introducir al país a través de Radio Universal el sistema de juegos recreados, recibiendo la información por teletipo directamente desde el estadio, con la narración de Billy Berroa, los comentarios de Max Álvarez (Tomás Troncoso se integraría más adelante) y los comerciales en la voz de Osvaldo Cepeda y Cepeda.  Era algo inédito.

Recuerdo que salí del hotel Jaragua, donde había establecido los estudios de mi emisora, en un momento dado, en el transcurso del juego, me paseé en mi carro con los vidrios bajos, por el centro de la ciudad, esto es: Ciudad Nueva, las calles Arzobispo Noel, José Reyes, 19 de Marzo, El Conde, Sánchez y Espaillat, y prácticamente podía escuchar todos los detalles del juego que se transmitía porque casi todo el mundo tenía ese juego en su radio para escucharlo. Comenzamos a hacer historia.

Ese mismo año 1963, Marichal daría nuevas muestras de su extraordinaria calidad como lanzador superbo de las Grandes Ligas, al lanzar su no hitter, el 15 de junio, contra los Colts de Houston, haciendo solo 89 lanzamientos, y 18 días después, en julio 2 , participaría frente a Warren Spahn en uno de los juegos que han quedado para la historia de las Grandes Ligas cuando realizó 227 lanzamientos y ganó ese juego contra los Bravos de Milwaukee, 1 a 0 en 16 innings, con un final dramático marcado en esa entrada con un jonrón conectado por uno de los más grandes del béisbol de toda la historia: Willie Mays.

Debo señalar, que además de ser el primer juego que dio inicio al seguimiento de los peloteros dominicanos en las Grandes Ligas, la mayoría de los cuales estaban en el proceso de convertirse en estrellas, era la primera vez que un medio electrónico dominicano usando sus propios recursos ofrecía un servicio con origen en el exterior de manera permanente.

El reto del segundo año

Al terminar la temporada de ese año 1963, a la que se integró las llegadas de Rico Carty  y Jesús Alou a las Grandes Ligas, habíamos recibido toda clase de satisfacciones,  a través,  de las felicitaciones expresadas por los patrocinadores, los relacionados , y los más importantes : los fanáticos del beisbol que estaban encantados con este nuevo servicio.  Al pensar en el año 1964 que teníamos por delante, nos preguntamos: qué podremos hacer en adición para mejorar el servicio ya rendido.  La respuesta se caía de la mata, el próximo reto sería ya no solo recrear aquí un juego diario, sino,  añadir una cantidad de juegos que transmitiríamos en vivo y directo desde los diferentes estadios que en esa época acogían a nuestros principales peloteros dominicanos.

La figura más relevante que las circunstancias señalaban que debíamos seguir con más asiduidad era Juan Marichal,  que con su actuación recién lograda en el 63 de 25 juegos ganados y 8 perdidos, 2.41 porcentaje de carreras permitidas, 18 juegos completos  y 5 juegos de 9 ceros y  321.1 entradas lanzadas, se constituían en una temporada estelar. Apareciendo cada cuarto día para lanzar un juego generalmente completo,  Marichal era la figura fulgurante que había que seguir.  Por razones de economía decidimos cubrir la primera serie en que los Gigantes de San Francisco, con Marichal a la cabeza , visitaran a los Mets de Nueva York. Al ir a Nueva York, el costo del pasaje era menor y los costos de transmisión eran , también,  mucho menores que si íbamos al centro de los Estados Unidos o a la  misma ciudad de San Francisco,  en la costa oeste del Pacífico , sede de los Gigantes.  Esta primera serie entre esos dos equipos estaba programada para los días 29, 30 y 31 de mayo, viernes, sábado y domingo.  Marichal lanzaría uno de los dos juegos de ese domingo.

Como sería algo nuevo, había que hacer nuevos arreglos, nuevas gestiones y nuevos cálculos presupuestarios. Como los Mets serían el equipo anfitrión, llamé por teléfono al Director de Relaciones Públicas del equipo, Tom Meany. Acordamos todos los detalles necesarios para esa trasmisión en vivo desde el Shea Stadium para la República Dominicana.  Desde el inicio de la temporada en el mes de abril comenzamos a promover para el mes siguiente esta serie entre los Mets y los Gigantes con la segura participación de Juan Marichal en uno de los cuatro partidos. Con los Gigantes, también vendrían los  hermanos  Mateo y Jesús Alou. El hermano mayor, Felipe, ya había sido cambiado por los Gigantes a los Bravos de Milwaukee que dos años más tarde se mudarían a Atlanta.

Cerca de la semana anterior al inicio de esta serie, recibí una llamada de Tom Meany, quien me dijo: “Ellis, my boy, tengo malas noticias para ti, los trabajadores técnicos de la compañía telefónica de la ciudad de Nueva York acaban de lanzarse a una huelga y no parece que va a tener solución en pocos días.  Eso implica que no tendrás quien haga las instalaciones que vas a necesitar en el palco de transmisión que te hemos asignado,  es una situación muy penosa, entiendo lo importante que es para ti, pero de momento, no veo ninguna solución porque dependemos de la gente de la telefónica”.  Le dije , Sr. Meany , por lo que veo es una situación que yo no podré resolver estando en Santo Domingo, de manera que estoy decidiendo trasladarme inmediatamente a Nueva York a ver  que puedo hacer estando allá mismo. Le avisaré tan pronto llegue.  El me dijo como despedida, “bueno no sé lo que podrás hacer, pero buena suerte”.

Al llegar a Nueva York, llamé al Sr. Meany y le pregunté: cuáles son las emisoras de radio y televisión que transmiten los juegos de los Mets : “ el canal 9 de televisión WOR,  es el que cubre nuestros juegos ”, me dijo.  Busqué en la guía de teléfonos del hotel la dirección  del canal 9 y sus oficinas estaban justo en Times Square, en la calle Broadway casi esquina 42.  Subí al segundo piso y le dije a la recepcionista que quería ver al ingeniero de la emisora y que por favor me diera su nombre, me dijo que se llamaba George Reilly . El ingeniero Reilly  me recibió en su despacho y le referí la precariedad de mi situación como resultado de la huelga de los trabajadores telefónicos y mi compromiso de transmitir esa serie para la República Dominicana. Le dije: Sr. Reilly, yo no le voy a pedir lo que no le debo pedir. Ahora, dicho eso, yo me imagino que usted tiene para la transmisión de los juegos en el estadio una línea de emergencia , verdad que sí , él se sonrió,  y me dijo, sí,  yo  tengo una línea de emergencia como es natural, entonces añadí : lo que yo le voy a pedir es que usted me permita usar esa  línea de emergencia bajo el compromiso de que si por alguna circunstancia su ingeniero de transmisión necesita usar la línea, él solo tiene que hacer el cambio manual , aunque  nosotros nos quedemos fuera del aire, ese es el riesgo que yo tengo que correr.  La cabina de transmisión que nos ha sido asignada está justo al lado de la de ustedes por lo que el arreglo físico de línea es muy simple, y yo personalmente voy a estar ahí haciendo las funciones de ingeniero, de manera que usted queda totalmente protegido.  Hice una pausa y le dije : Sr. Reilly, yo creo que es razonable que yo llegue a pedirle eso, qué le parece!.  El volvió a sonreír, Sr. Pérez, me hace difícil decirle que no.  La huelga no se solucionó, Billy Berroa, Max Álvarez y Tomás Troncoso volaron desde Santo Domingo a Nueva York y yo me quedé en la Gran Ciudad para darle curso a los demás arreglos.  En esa serie de los Mets y los Gigantes,  a Marichal le iba a tocar lanzar en el primer juego de una cartelera doble  o double-header el día domingo.  Para nuestra satisfacción, Marichal ganó ese juego 5 carreras por 3, permitiendo 8 hits, ponchando 7 sin otorgar bases por bolas y  permitiendo un homerum con dos en base  a Jim Hickman en el tercer inning.  No permitió más libertades a los Mets, poniendo su record ese día en 8 ganados y 1 perdido. Luego subió a saludarnos al palco de prensa, desde donde nos trasladamos al Diamont Club  donde nos dejaron ingresar por la presencia de Juan y donde disfrutamos el segundo juego que resultó ser hasta ese momento el juego más largo del beisbol de Grandes Ligas  tomando 23 inning y  7 horas y 23 minutos, con una asistencia de 57,037 fanáticos.  Los Gigantes ganaron 8 carreras por 6, por lo que Juan estuvo contento hasta el final. Por suerte, después de transmitir el juego de Marichal no teníamos que transmitir el juego siguiente porque ya habíamos completado la serie de tres juegos que era  nuestro compromiso.  Transmitir ese  segundo juego nos hubiera costado una fortuna.

En ese año 1964, continuamos transmitiendo por recreación un juego diario con la garantía de que siempre habría un pelotero dominicano participando.   Igualmente, cada mes viajamos para una serie de tres juegos por lo menos a los diferentes estadios de la costa Este a dónde venían los Gigantes de San Francisco con Juan Marichal y los hermanos Mateo y Jesús Alou.

El tercer año, 1965, el año de la Revolución

La temporada regular de Grandes Ligas comenzó el 12 de abril , Juan Marichal fue el pitcher abridor de la temporada por los Gigantes de San Francisco que ese día se enfrentaban a los Piratas de Pittsburgh que tenían como lanzador abridor a Bob Veal, quien era conocido por la fanaticada dominicana pues había venido como refuerzo para las Águilas Cibaeñas.  Ambos lanzadores tiraron 9 ceros, por lo que el juego llegó a la décima entrada en la que desafortunadamente el tercera base de los Piratas, Bob Bailey, le conecto un homerum a Marichal y los Gigantes perdieron 1 a 0 en 10 innings. Como se esperaba, Radio Universal transmitió ese juego en forma recreada recibiendo los detalles de las jugadas por teletipo. Billy Berroa estaba en la narración, Max Alvarez y Tomás Troncoso en los comentarios y Osvaldo Cepeda y Cepeda en los comerciales.  En la producción y  dirección de la transmisión: Ellis Pérez.

El cuarto juego de los Gigantes se llevó a cabo el 17 de abril, en el turno de Marichal, frente a los Mets de Nueva York,  Juan volvió a tirar 9 ceros y en esta ocasión ganó el partido 4 a 0.  El tercer partido de Marichal se jugó el martes 21 de abril frente a los Piratas de Pittsburgh, de nuevo, Juan lanzó el juego completo y ganó 3 a 2.  El cuarto partido en el que lanzaría Marichal  le tocaba el domingo 25 de abril, pero como todos ustedes saben, el día anterior sábado 24, se inició la revolución de abril del 1965 y los cristales de las emisoras de radio de la ciudad de Santo Domingo fueron recogidos al final de esa tarde por las autoridades militares, por lo que resultaba imposible transmitir ese juego de domingo en la tarde.  Marichal volvió a ganar tirando 9 ceros y permitiendo solo 5 hits, ponchando 9  y otorgando dos bases por bolas.

La ciudad de Santo Domingo quedó sumida en un estado de guerra incipiente con el grupo constitucionalista en control de la parte oeste del rio Ozama  y las fuerzas militares de San Isidro en control del sector oriental de la ciudad, al este del Ozama.  Aunque pude recuperar el cristal de mi emisora Radio Universal con cierta prontitud, recibí una llamada del joven estudiante de ingeniería electrónica, Augusto de la Cruz,  que le daba mantenimiento a nuestro transmisor, para decirme que las fuerzas militares de San Isidro acababan de ocupar la caseta del transmisor con sus instalaciones.  Inmediatamente salí hacia Alma Rosa, pero los militares me impidieron acercarme a los equipos indicando que ya esa era una zona militarizada y que para cualquier reclamo debía dirigirme a la jefatura de la Fuerza Aérea Dominicana.  Casi inmediatamente pude constatar que en la frecuencia de Radio Universal y utilizando nuestros equipos, salió al aire Radio San Isidro como un portavoz de esa jefatura. No hay nada que yo pudiera hacer al respecto. Con la invasión de los militares norteamericanos a partir del 28 de abril, un día recibí una llamada desde el hotel Jaragua para indicarme que el ejército norteamericano acababa de apoderarse de los estudios de Radio Universal que operaba desde ese hotel.  Inmediatamente salí para allá, teniendo una experiencia similar al caso anterior cuando los militares norteamericanos me impidieron acercarme, y ante mi planteamiento de que yo era el dueño, me indicaron que cualquier reclamo tendría que hacerlo, en su momento, ante la embajada norteamericana.

En la situación descrita anteriormente pasamos todo el mes de mayo. A principios de junio, después que el gobierno llamado de Reconstrucción Nacional dirigido por el General Antonio Imbert recuperó a Radio Santo Domingo Televisión, situada en la parte norte de la ciudad, recibí una llamada de el encargado de mantenimiento del transmisor indicándome que los militares de la fuerza aérea  acababan de abandonar la instalación y que nosotros podíamos volver a ocuparla.  Ahora tenía mi transmisor de vuelta, pero no había ninguna señal de que los militares norteamericanos me devolvieran mis estudios en el hotel Jaragua .

Dentro de estas circunstancias estaba buscando la manera de volver a transmitir con mi emisora, especialmente los juegos de Grandes Ligas.  En una conversación con un grupo de deportistas señalé que necesitaba habilitar un nuevo estudio para poder transmitir, a lo cual Monchín Pichardo, presidente entonces del equipo de béisbol de nuestra pelota invernal, Tigres del Licey, me señaló : “Mira Ellis, este año no vamos a tener pelota en el país, por razones obvias de la revolución, por lo que te ofrezco las oficinas del Licey que están en el segundo piso de lo que era la clínica Faxas en la calle José Joaquín Pérez, esquina Josefa Perdomo.  Le tomé la palabra. Con la ayuda del ingeniero Héctor Cambero que nos daba servicios profesionales y su compadre el también ingeniero Waldo Pons, conseguimos prestados los equipos necesarios y armamos el estudio. Éramos los únicos que transmitíamos los juegos de Grandes Ligas siguiendo los peloteros dominicanos por lo que la fanaticada nuestra de béisbol, ya con los dos años previos recibiendo ese servicio cotidiano estaba muy atenta y reclamante de que volviéramos a transmitirlo lo más pronto posible. En la primera quincena del mes de junio ya estábamos transmitiendo aunque para esa fecha había una clara definición de las áreas ocupadas por los bandos beligerantes y había una activa participación diplomática que involucraba a los principales ejecutivos de la organización de los Estados Americanos, OEA.   Todavía se producían ocasionales tiroteos  y confrontaciones.

En  esta ocasión específica, llegaba yo al edificio de la emisora y al salir de mi carro  y dirigirme a la puerta del frente sentí un zumbido que casi me rozó la oreja izquierda y pude ver como una bala se incrustó en la pared frente a mí.  Después del susto proseguí al segundo piso para llegar a la emisora y preparar los detalles para iniciar la transmisión del juego de esa noche.  Comenzamos a transmitir el juego mientras se escuchaban esporádicos disparos cercanos.  La línea divisoria entre los dos bandos que separaba la ciudad entre Este y Oeste era la calle Pasteur que se encontraba a dos cortas cuadras de distancia.  Estaríamos transmitiendo ya el tercer o cuarto inning cuando el tiroteo se hizo bien intenso.  El comentarista Max Álvarez hizo una señal para que se cortara el micrófono, a la cual accedí y me dijo: “Ellis tu no crees que estamos corriendo un riesgo grande aquí tan cerca del tiroteo”, le dije, vamos a ver si se aplaca y di señal de abrir el micrófono para que Billy Berroa siguiera la narración del partido.  Al poco tiempo, en vez de aplacarse, el tiroteo se hizo más intenso y estruendoso. Max volvió a pedir que se cerrara el micrófono y me dijo: “el tiroteo se siente tan cerca que es como si nos estuvieran tirando a nosotros, esto es muy peligroso”, le contesté, tu tienes razón Max y dije: Billy vamos a tener que suspender este juego por lluvia, comienza a nublar rápidamente hasta suspenderlo lo más pronto posible.  Efectivamente, Billy comenzó a describir la rápida aproximación de vientos con lluvias sobre el estadio y a señalar que los árbitros estaban suspendiendo el juego por el gran aguacero que ya estaba cayendo.  Di instrucciones de que se cerrara la emisora ya que ciertamente se sentía un ambiente de total inseguridad.

Camino a mi casa en la Av. Bolívar, me detuve en el hotel El Embajador donde toda la prensa internacional se alojaba y desde ahí preparaban sus trabajos y se daban cita muchas personalidades del país que querían enterarse de los últimos detalles del estado de cosas y del avance de las negociaciones.  Al traspasar la puerta de entrada hacia el lobby del hotel, me topé de frente con el famoso narrador de beisbol y boxeo, Buck Canel, (NO SE VAYA QUE ESTO SE PONE BUENO), quien al verme se sorprendió y me dijo: Ellis, yo estaba escuchando el juego de ustedes hace un rato, que pasó que estás aquí tan temprano.  Le conté lo que pasó y me dijo : Ah , caray!! Hasta ahora no tenía un lead (titular) de noticias para el día de hoy y ya lo tengo, porque ya entiendo que ustedes se vieron forzados a decir que el juego se suspendía por lluvia sin ser  cierto, pero se lo imponía las circunstancias .  Aunque Bock Canel era reconocido como el mejor narrador de beibol y de boxeo en el idioma español, el era un periodista y reportero de larga data de la AFP, la Agencia Francesa de Noticias y estaba en Santo Domingo cubriendo las incidencias de la revolución.

Eventualmente, la vida en Santo Domingo fue normalizándose poco a poco como resultado de las negociaciones y el acuerdo que propició la  Presidencia Provisional del Dr. Héctor García Godoy,  por lo que nosotros seguimos haciendo nuestro trabajo en las transmisiones  durante todo el resto de la temporada,  con entusiasmo y llenando siempre las expectativas de la fanaticada dominicana.

  • Continuará…

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